miércoles, 9 de febrero de 2011

SI SUPIÉRAMOS.


Si tu supieras lo mucho que me duele tu ausencia, buscarías mis manos frías como rocas silvestres en las alboradas de las montañas, como las ropas de una solitaria cama nocturna en el invierno, como las manos que nadie ha tocado en mucho tiempo. Buscarías mis manos y las encerrarías en las tuyas un momento, me dirías al menos que las extrañaste. Si tu supieras lo mucho que me duele tu indiferencia, te darías media vuelta y saldrías corriendo a buscarme, para llevarme a un lugar oscuro, sin indiscretos ojos ocultos, sin manecillas enemigas en cada reloj. Me llevarías a un lugar oscuro donde nuestros brazos hablen en su idioma extraño, donde mis labios encuentren tu perfume perdido, ajeno a todo, distraído entre mil palabras vacías y etiquetado solo para mí. Si tu supieras lo mucho que te necesito, me dejarías en la piel todo tu amor exhausto y lo buscarías por las noches sigilosamente, me estremecerías con mil besos de los que incendian la ropa y la piel, que lo traspasan todo, de los besos que sacuden cada centímetro del cuerpo, de tus besos demenciales que por las noches engañan a mis sueños y me hacen feliz, de tus besos que tanto necesito de ti. Si tu supieras lo mucho que te extraño a cada segundo, sabrías que mi corazón se asfixia a diario, cada día más, llamándote, esperando escuchar esa voz dulce y fina, tan delicada, tan amiga, tan seductora, tan adictiva, diciéndome “yo también te necesito”. Sabrías que por ahí, en cualquier lugar, en la oscuridad de la noche que nunca amanece, por ahí entre la nada del silencio total, ahí estoy yo, esperándote. Si yo supiera cuánto en verdad me amas, si supiera que el viento que me besa delicadamente trae un suspiro tuyo, que también sueñas por las noches con besarme como nadie lo hizo nunca, con mirarme de cerca y respirar los dos un mismo aire, ahora mismo estaría frente a ti, entrando por tus ojos claros, cerrándolos con besos peligrosos, dejando mi piel destejida en la tuya. Si supieras, si supiera... Si supiéramos lo mucho que nos amamos, lo olvidaríamos todo, a todos, todo el tiempo, para acercar nuestro amor lo más posible a la realidad, para estar juntos y poder pensar en otra cosa. Para ser nosotros quienes digamos donde empieza y si es que termina lo que sientes por mí, donde nace y si es que muere, todo el amor que desborda mi corazón por ti. Para derribar barreras metálicas y de papel que nos alejan, que quieren apagar nuestros ojos y buscan desviar nuestros caminos.

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